27 febrero, 2012

Incendios controlados, 2

Cómo ordenar mis Ejercicios para piano... De un tiempo para acá me he dado cuenta de que esa colección de relatos perdía su cohesión en los títulos, demasiados títulos de los que me sentía demasiado contento. 
Detrás de estos relatos en los que empecé a trabajar en la biblioteca de Libreros en 1994 en lugar de estudiar, la música unía los textos y por unos días estuve convencido de que una serie de ejercicios podría ser más abstracto y más concreto. Yo me entiendo. Pensaba en algo así como: Ejercicios de calentamiento, Posición fija, Escalas en terceras, Ejercicios de destreza de los dedos, Ejercicios para la mano izquierda... 
Le envié mis borradores a Celia Camarero, conversamos sobre un orden lógico y uniforme, una serie de ejercicios de aportaran, diesen trasfondo a esta colección de relatos. Un orden más coherente si eso tiene algún significado. 
Luego me he divertido buscando un orden, un esquema por el que pasar por los Estudios para piano de Chopin. Antes de terminar de esbozar la idea ya me estaba resultando divertida por irresponsable, no era ese el espíritu del libro, era más como hacerme un disfraz, un disfraz insoportablemente pedante, irresponsable. Parecería que los textos se habían inspirado en la música y eso me sonaba falso. Lo terminé como se termina un crucigrama que ya no te importa, todo estaba malinterpretado: el protagonista de viajes interiores parecería un Charlot bajo «Le papillon», la Op. 25, N.º 9. Antes la Op. 10 y para cerrar los «Trois nouvelles études».
Y después, viendo la lista de estudios y ejercicios que Celia propuso, a petición mía, claro, empecé a pensar que en este punto todo lo que fuera más iba a empezar a ser menos. 
Ha sido divertido... La solución final será la más sencilla.