23 diciembre, 2006

«Nadia», en torno a la esperanza.



«Nadia». En 1993 publicaba en La Rioja, en el homenaje póstumo a Gabriel Celaya, en un libro en el que aparecían nombres como José Agustín Goytisolo, José Hierro, Aranguren, Gala, Torrente Ballester, Claudio Rodríguez y yo mismo, se me ocurrió cerrar mi poema con un “y solo sé gritar Nadia”.
Qué sentido tenía… Entonces ninguno, no fue más que un intento de invocación a la escritura. Una chica portuguesa a la que había conocido en un ascensor en Granada, la obsesión de poner nombre propio a los objetos, por ejemplo a una pluma.
Años después otra mujer, rusa en este caso, que a penas balbuceaba el castellano se presentó como Esperanza. Un nombre poco ruso. Entonces me aclaró que eso quería decir Nadia en español. Así se unía el azar al poema como ahora se unen por azar estos poemas y estos nombres que tal vez se reconozcan unos a otros con los años.
Me explico. Los años y los nombres se unen y reconocen por azar puro, también por esperanza, título, epígrafe y tema que reunen aquí en el poema. “Nadyeschda” significa “la esperanza” y en torno a este tema se encuentran por azar autores de toda índole. El poema nos habla de la esperanza primera, del nacimiento a la luz que es el nacimiento al sueño. Nos habla del sueño de la vida después de esta, de un final que es principio o que como dijera T.S. Eliot en sus cuartetos es suma. Nos habla desde la esperanza, del reencuantro en ese mismo lado. Habla y escribe persistente de esa esperanza de más vida después de esta. Nos habla en la esperanza, de una mujer física o metafísica. Del amor de un padre, la esperanza de otra nueva vida.
A eso voy, a cómo todos atamos por azar las palabras cuando el sueño y la esperanza son para muchos de los que se unen en este libro, una misma palabra. Versos y ritmos desde la esperanza o hacia ella. Y luego, como una aleluya de Haendel, contra la desesperanza.
El poema habla de los sitios, de la lucha del hombre, de la vaga esperanza, nos reclama y nos pregunta. Contesta la palabra primera, Nadia.

(Leido en la presentación del libro Y llegó la esperanza, que recopila anualmente, bajo un tema, a los ganadores del del XI Premio Nacional de Poesía de la Hernandad de Cofradías de Semana Santa de Peñaranda de Bracamonte.