26 agosto, 2006

DISFRUTABA DEL ABURRIMIENTO

Leer, dormir, escribir, dos litros de té entre tanto,
dormir,
hablar con Frank un rato porque me he
peleado con el ordenador,
tomar una pinta en el Leitrim.

Disfrutaba más —bueno, no lo sé— de la escritura y escribía
mucho peor —eso sí lo sé—,
pero perdía mi tiempo de una forma útil y desorganizada:
tardes enteras en casa de Jelena y Deidre hablando de qué,
comiendo galletas, disfrutando del nervio de aquella luz amarilla,
de la luz blanca y del frío.
Ahora otro tipo de cosas. Llamadas telefónicas, requerimientos,
trabajo de oficina y tele, también disfruto.
Pero la luz de aquellos años tira de mí con poder, me entrega vida
en vida,
amor en el amor de cada día. Una palabra que no quiero limitar:
está en el ordenador, en el trato en el trabajo, en casa.
Una goma que se expande dentro de mí como una forma de
representar el mundo.

Zafra, 1 de enero de 2006