Sábado noche. Mantener una bitácora no es tan fácil. Todo se impone a lo otro y a veces no importa tanto. Ahora estoy más en páginas paralelas: Hostal Praga, los sueños que recojo de la lectura impaciente para mi Manual del sueño. De todo este silencio brotarán varios libros. Al fin y al cabo la literatura es una labor callada. Es palabra callada. Saltar de una libreta a otra no hace ruido. No hay porqué. Hay un impulso. Y aquí seguimos.
Ilustración de Alejandro Santos de Isla para Historias Mínimas (2010).