Realizado para el museo Vostell Malpartida a partir del poema "1", de mi libro Agosto.
Muy fluxus, espero que os guste. Y por supuesto: Gracias, Juande.
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Agosto, 1
Que amanezca en mitad de la noche. Que refleje la luna una luz fulgurante, y que podamos observar, de esa luz, la sombra que hacen los árboles.
Imaginemos la herida de esos árboles que nos saludan movidos por el viento. No valemos más
que ellos, no valemos más que sus sombras, no durarán nuestros cuerpos más que la sombra de
una noche y no, no comprende nuestra inteligencia una lágrima más de rocío que sus amaneceres.
Que la noche abrasadora de agosto blanquee ante el reflejo de ese planeta, del lejano país de la luna, de su masa uniforme, imperfección del círculo, de sus paisajes. Que atardezca en la ladera oeste de aquel mundo y nos sintamos obligados a no ignorar tanta belleza distante. Que su tiempo sea también nuestro tiempo, luz que antecede al objeto, y nuestra casa se abra de pronto roída por sus luces.
Éste es nuestro hogar, no hay ya misericordia para el hombre que se siente atrapado, no es posible rectificar como no pueden las hojas de los árboles cambiar su movimiento.
Hablemos de ello, amigo, sintamos la feliz agonía que provoca tanta belleza pasajera. Sintámonos
felices de nuestros límites, aprendamos, disfrutemos de ellos. Debemos aprender que la muerte, que el final de un cuerpo, también puede volverse motivo de alegría.
Debe de ser muy tarde ya. Los niños arman escándalo en la habitación, negándose a dormir. Sus vidas son nuestras vidas, aunque no podamos comprender cómo. Aunque no podamos comprender nada.
Aprendo que a partir de hoy mi tiempo es prestado. Y a vosotros os debo esta gracia otorgada. Prometo devolveros el tiempo.