04 julio, 2011
16 junio, 2011
Presentación de "Por eso escribo, por eso" de Josefa Sánchez Sousa
Un sueño. Las cosas comienzan en un momento dado, van hacia los extremos, se desdibujan. Por eso no recuerdo cuando conocí a Pepita. Qué día primero vino a la tertulia hace más de quince años.
Hay en literatura, no saltos generacionales, sino encuentros y actitudes. Ella, que venía de una poesía tradicional tenía actitudes contemporáneas, las tiene porque busca en las intersecciones las palabras sin miedo a perder o a profanarlas: sabe que la vida es un único intento.
Ella, con su humildad, nos enseña a todos los que escribimos que siempre sabemos demasiado poco y que el resultado de lo escrito no depende de los conocimientos sino del valor para dar el salto.
Por eso ella, tú, Pepita, escribes desde la literatura en donde otros escriben desde la impostación, desde la necesidad de querer ser. Tú escribes desde la necesidad de expresar sobre el papel, de fijar el dolor y la alegría.
Comencé a pensar en ti como una verdadera escritora, a entender que más allá de los juegos verbales eres escritora, a partir del proyecto de tu abecedario: escribías un relato con cada una de las letras, formados por palabras llenas de esa sonoridad. Tú dices que yo te di la idea a partir de la ñ, yo no lo recuerdo, pero escribías y no era un divertimento: más allá del juego querías construir, tenías un proyecto que iba más allá de ti y tu naturaleza. Esto parece anecdótico pero no lo es, es parte de tu actitud y tu carácter frente a la literatura, significa que cuidas y defiendes aquello en lo que crees.
Crees además en otras cosas, y las defiendes con convicción: hablo de las palabras y su uso, hablo de tu pintura, hablo de tu trabajo como modista durante tantísimos años, hablo de Margarita, de Teresa, de Maruchi, de tus recuerdos de los tres años, de la seguridad con que cada jueves has caminado hasta el Ateneo para compartir tus palabras… del año extraño en que una tertulia de quince o veinte personas se vio reducida (por final de estudios, por vuelta al país, por situaciones familiares) a casi tres personas: Luis Mundaca, tú y yo, que nos reunimos con la misma convicción durante ese año extraño. Hablo de las palabras tuyas a través de los años, robadas al tiempo, a los fogones, a la noche sobre el ruido de la tele o nada más despertar: poemas, cuentos, aforismos, pensamientos, los juegos verbales que nos sostienen sobre la nada.
Los sueños son un ejercicio de la memoria, un ejercicio de realidad para saber ser de este otro lado, sea lo que sea lo que eso significa, y Pepita, Josefa Sánchez Sousa, cerca de cumplir noventa años, sabe como yo que la realidad está a uno de estos dos lados, aunque quién sabe en cual. Lo importante es que del otro lado en el que hemos caído intentamos ordenar ese sueño con las palabras y con el cariño, que son, al fin y al cabo, las dos grandes ilusiones de este sueño o de esta vigilia.
Libro desarrollado por la Asociación Cultural PentaDrama y editado por Luso-Española de Editores.
Podréis encontrarlo en las librerías: Cervantes, Hidrya y Víctor Jara.
Libro desarrollado por la Asociación Cultural PentaDrama y editado por Luso-Española de Editores.
Podréis encontrarlo en las librerías: Cervantes, Hidrya y Víctor Jara.
01 junio, 2011
Alfonso Reyes: Cuestiones gongorinas, 60
Esta es la frase que repito de memoria a mis amigos:
Es lo malo de los libros que no se publican: que se le va a uno la vida en reescribirlos.
Y esta es la cita original:
Esto es lo malo de no hacer imprimir las obras: que se va la vida en rehacerlas.
Al buscarla exactamente en internet veo y recuerdo que la saqué de las Discusiones de Borges. Si es así la encontré a principios de 1995, cuando leí en Irlanda los cinco tomos de Borges en la edición de Círculo de Lectores. Eso suma dieciséis años. Me llama la atención cómo la frase ha venido a transformarse en el español peninsular, sí, pero también a mi tono de expresión, a una forma propia de decir las cosas. La memoria es una traidora comodona que nos ayuda en todo: borra los estambres del dolor, redibuja la forma más hermosa para hacer la vida más llevadera.
Más allá de esta meditación acerca del tiempo la nota sirve, con su traducción, para muchos amigos a los que animo y a veces he obligado a publicar.
13 mayo, 2011
Revista Atril, Número 7
La Gaceta de Salamanca, (c) Foto de Chema Guzón, famoso por no esperar ni a que se sienten los ponentes, a veces sin esperar ni ha que lleguen los protagonistas!
Siete es el número perfecto porque así lo hemos decidido los humanos, pero todo, hasta en la ciencia son maneras de entender el mundo, convenciones: como que siete es número primo igual que lo es el once. Once son en realidad los números publicados de Atril. Y diecinueve, que son los años que llevamos reuniéndonos en tertulia, desde que en 1993 ocho amigos (y aquí ya no hay número primo) nos juntamos para hacer algo entorno a la literatura. Desde entonces casi trescientos escritores han sido Atril.
Veréis, el asunto de si esta revista es el número siete o el once se debe a un cambio de numeración: de pronto decidimos que la revista, su gráfica y también su poética, habían cambiado. Pero con el tiempo se aprende que nada cambia tanto, nada tiene tanto margen de maniobra porque la realidad es una cosa que está por encima de lo real.
Ahora, esta vez veintitrés autores, otro número primo, divisible solo por uno y por sí mismo, han participado en la revista. Son veinticuatro si no quiero forzar la cábala contabilizando a Ricardo Piglia, con este fragmento de Nombre falso, una nouvelle en la que ya están todas sus marcas y que nos ha cedido con gusto. Todos los autores, creo yo, han cedido sus inéditos para una revista joven en números, comparándola con todas las grandes publicaciones.
Ya he dicho que Atril es además un proyecto gráfico y en eso sus ilustradores, buenos amigos que con ilusión y por gusto han dibujado para los textos de Raúl Brasca, el cubano Ángel Martínez Niubó, José Daniel Espejo, o Víctor Balcells, etcétera, y han acompañado al resto.
Haré el resto del repaso: Dimitra Christoforidou, Sonia Betancort, Graciela Amador, el querido Antonio Piedra, José Ramón Ripoll desde Cádiz, a Mercedes Marcos, Celia Camarero, Paula Varela, que se cruzó con Sonia en Buenos Aires y el mismo día, pero años más tarde, se cruzó unas horas conmigo y con el café en Palermo. Pablo Sánchez Herrero, Óscar Borona, Sara Herrera Peralta, otra intersección desde París en una cena entre amigos, mi partener de Hostal Praga Juan José Mediavilla, lean sus microrelatos, Luz Mercedes Orrego Morales, Daniel Drexler, Mercedes Díaz Villarías, Luis Arturo Guichard, Raúl Aragoneses, que además ha corregido con diligencia las pruebas de la revista, Ana Martín Puigpelat y Rafael Courtoisie…
Como veréis intentamos publicar, a partes iguales pero sin fundamentalismos, poemas y relatos acompañados de los trabajos de once artistas: Alejandro Santos de Isla, Álvaro Santamaría, Juande Méndez, Luis Felipe Comendador esta vez del otro lado de las letras, pero siempre del mismo lado de la creación, José Zazo, Pablo S. Herrero, Jesús Pastor Sanz, Pablo Pino, Aquilino González, Mercedes Díaz Villarías, y Max Hierro.
Y todo esto gracias a las Librerías Víctor Jara e Hidria y a Amarú ediciones, que se empeñan en apoyarnos en cada número y en acogernos en sus casas que son las de la literatura. Aquellos que os quedéis sin vuestro ejemplar podréis pasar por allí para recoger otra.
En fin, últimamente me ha gustado jugar con la idea de que este iba a ser el último número, ya he dicho que siete es un buen número y aunque las páginas, treinta y seis, se pasan muy deprisa, el trabajo es complejo. Luego, cuando sale de imprenta, cuando lo tienes entre las manos, empiezan a aparecer nuevos nombres en tu cabeza, y creo que al resto del equipo de redacción le pasa algo similar. Sonia tiene ya nombres escondidos a los que llamar, como los tienen Juanjo e Inma o Raúl Aragoneses. Así que supongo que seguiremos: hay que escribir mientras te lo pida el cuerpo, hay que pintar, hay que interpretar una música que nos recoja a todos.
Por lo pronto espero que disfrutéis de estas páginas.
02 abril, 2011
20 febrero, 2011
Todo en mí es falso menos yo
Nota encontrada al final de la liberta de "paperblanks" que ellos llaman "de bolsillo", y que por eso está magullada, porque ha servido para todos los últimos libros de poemas y para líneas huérfanas como ésta.
«Todo en mí es falso menos yo».¿Qué es?:
- Un poema.
- Un relato.
- Un título.
07 enero, 2011
Fragmentos de una música
Fragmentos. Así comencé titulando un libro que luego pasó a llamarse Epigramas y por fin Materia del eclipse. Todo es fragmento o falta de otra cosa o eclipse, no eclipse.
Así, voy a empezar a soltar aquí los fragmentos, a guardar aquí los fragmentos de ese accidente, los restos del incendio. Como esta nota encontrada en un vídeo en internet. No sé de de dónde procede, pero me interesó y la utilicé en un relato de Perro callado en el que hablo de Arnold Schönberg y la música tonal.
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